Los juegos de mesa se consideran una de las formas más clásicas de entretenimiento en cualquier casino en línea. A menudo se los presenta como el centro de la emoción en famosas películas que muestran salones de casino lujosos, llenos de jugadores elegantes y crupieres profesionales. A pesar de esta imagen romántica, las estadísticas modernas muestran que las máquinas tragamonedas aún atraen a un número mucho mayor de jugadores que todos los juegos de mesa tradicionales combinados.
No obstante, sigue existiendo un encanto y una sofisticación especiales asociados con la atmósfera de los juegos de mesa reales, como el blackjack, la ruleta, los dados y el póker. Estos juegos son valorados no solo por la emoción de apostar, sino también por el elemento de estrategia, la interacción y la sensación de competencia que generan. Un juego de mesa se juega, como su nombre lo indica, en una mesa designada donde uno o más empleados del casino realizan funciones específicas, ya sea enfrentándose a los jugadores o gestionando los aspectos técnicos del juego. Por ejemplo, en la ruleta, el crupier hace girar la rueda, lanza la bola y cambia las fichas por dinero de los jugadores, mientras que los participantes simplemente apuestan al resultado más probable del movimiento de la rueda y la caída de la bola. Esta interacción entre habilidad, azar y presencia humana es lo que continúa haciendo que los juegos de mesa sean atemporales.

En el blackjack, el crupier trabaja para el casino y juega en su nombre. De todos los juegos de mesa, los expertos en apuestas coinciden en que el blackjack es el juego que da menos ventaja al establecimiento (casino). Pero aunque las probabilidades en el blackjack pueden ser mejores que en todos los demás juegos de azar, mucha gente evita las mesas de blackjack porque el juego requiere ciertos conocimientos y habilidades.
La ruleta tiene más glamour que el blackjack, quizá porque las películas a veces dan a entender que en las mesas de ruleta se pueden ganar fácilmente enormes fortunas. Una de las escenas más famosas procede de la película Casablanca, protagonizada por Humphrey Bogart. Su personaje, Rick, regenta un establecimiento de juego ilegal y, para ayudar a una joven pareja francesa a escapar de la explotación del corrupto jefe de policía local, Rick ordena a su crupier que deje ganar mucho dinero a la pareja.
Esta extraordinaria escena pone de relieve la otra cara del juego: al igual que los jugadores pueden hacer trampas, los casinos también. Los juegos de azar modernos están estrictamente regulados en todo el mundo, por lo que las trampas se reducen al mínimo. El juego se considera una forma de entretenimiento, y el objetivo de los establecimientos honrados del sector del juego es ganar un pequeño porcentaje de los elevados volúmenes de apuestas.
Sin embargo, los juegos de mesa pueden convertir esos pequeños porcentajes en grandes porcentajes para los casinos, del mismo modo que pueden convertir pequeñas apuestas en grandes montones de dinero para los jugadores. Pero en realidad, todos tienen que trabajar por su dinero, y el casino conserva la ventaja. Los expertos en juegos de azar siempre dicen: «Si no quieres perder jugando, no juegues».